sábado, 3 de julio de 2010

Escuela y Educación:una mirada antroposófica.



Uno tenía que atiborrar su mente con todas estas cosas, gústele o no. Esta coerción tenía un efecto deteriorante tan grande que después que pasé el examen final descubrí que tener que considerar cualquier problema científico resultó desagradable durante todo un año. Es un milagro que los métodos modernos de instrucción no hayan estrangulado totalmente el sagrado espíritu de la investigación: porque esta delicada planta, además del estimulo, necesita la libertad para sobrevivir; sin esto, naufragará y se arruinará sin duda. Es un grave error pensar que el disfrute de observar e investigar se puede promover por medio de la coerción y el sentido del deber.
Lo único que interfiere con mi aprendizaje es mi educación

Albert Einstein


Una de las temáticas que mayoritariamente preocupan a los padres y maestros de nuestros niños y adolescentes de hoy es su comportamiento y rendimiento escolar. En términos globales y sin ánimo de caer en erróneas generalizaciones, los resultados “académicos” esperados para con muchos de ellos dentro del aula distan de la media general y de las expectativas puestas en ellos.
Una escuela que castiga a los niños que se atrasan negándoles su derecho al recreo, (no olvidemos que la sed de jugar se calma con juego) un libro de firmas para cuando hay que encauzar una conducta, sistemas pedagógicos perimidos y anticuados para las nuevas generaciones informatizadas y la pérdida de valores para la educación parecen ser una antídoto común en casi todas las escuelas. Largas tareas semanales, “frases hechas “de dudosa realidad sin revisionismo histórico sobre nuestra formación como país y la impotencia e incapacidad de muchos docentes para dar respuestas “originales y creativas” han inundado nuestras aulas.
Ustedes preguntarán por la “disciplina”, pues probablemente sean necesarias sin tijeras. Es dentro del propio acompañamiento con amor y confianza mutua que los niños se autorregulan, sin necesidad de recurrir al grito que genera pérdida de respeto para el propio maestro. Un niño o un adolescente que escucha un grito constante en sus oídos (sin nombrar los exabruptos que habitualmente pueden oírse) generan paulatinamente la total pérdida de respeto del vínculo central y necesario entre un docente y sus alumnos.
Soy una ferviente defensora de los maestros y se que ellos hacen los que pueden y les enseñaron a hacer, y que ellos también son producto de un modo de ver y pensar la educación que vivieron en carne propia y que nadie les enseñó a cambiar.
La pérdida progresiva del “respeto a los saberes diferentes” y de que cada niño o adolescente es un ser único e irrepetible con dones para desarrollar, parece haberse perdido entre cursivas e intrincadas ecuaciones de matemática.
Ayer mi nene de 9 años reflexionaba conmigo: “mamá, de que sirve izar y bajar la bandera si eso no nos hace mejores personas, si no hay ejemplo”… debo reconocer que me puso en apuros, pues detrás de su simple comentario había una dura y ácida mirada sobre nuestra escuela y lo que ella le enseña a recitar de memoria.
Los test de inteligencia, los exámenes escolares enredados y largos - a veces siento que el docente disfruta de ellos y en ver la equivocación de cada niño- valoran solo la adaptación del niño al lenguaje y al pensamiento escolar preestablecido por el sistema educativo que puede dar resultados aparentemente bajos en el rendimiento escolar y que puede ocultar tras de sí a un niño inteligente que dispone de nuevas ideas o una forma diferente de resolver los problemas. Solo conocemos un pedacito de nuestro cerebro, el resto está allí dormido dispuesto a ser conocido.

Y si bien, - como afirma Rudolf Steiner- , la mayoría de los niños tienen la capacidad para responder a los métodos de enseñanza de hoy en día y se ajustan a las normas aceptadas, que esto sea o no lo mejor para su salud en años posteriores constituye una parte importante de discusiones que aquel autor tenía con maestros hace tantos años atrás.
La distracción, desinterés por las tareas habituales, cuestionamiento a los contenidos impartidos, imposibilidad de resolver problemas o ejercicios matemáticos simples, dislexia, hiperactividad entre otras parecen ser un patrón común en muchos escolares.
Si profundizamos en este comportamiento, podemos observar:
o No entender porqué hace las cosas mal.
o Es inteligente, pero no necesariamente el mejor promedio,
o Resuelve problemas sin necesidad de hacer un desarrollo paso a paso.
o Rechaza hacer las tareas.
o Cuestiona la autoridad de los maestros, desafía conceptualmente.
o Mucho vocabulario.
o Diagnosticado con déficit de atención con hiperactividad.
o Le gusta ser autor, no seguidor.
o Solo acepta ayuda en un marco de escoger.
o Tiene mala ortografía.
o Aprende más por exploración, en forma creativa y reflexiva.
o Solo pone atención en aquello que resulta de su interés.

Como afirma Steiner: “¿de que sirve presentarle a los jóvenes toda clase de minerales, plantas, animales, experimentos físicos si los símiles que les ofrece el mundo sensible luego no se aprovechan para llegar a vislumbrar los misterios del espacio?” . Un educador, afirma el autor, con un corazón bondadoso, compenetrado por el mundo suprasensible que profundiza las percepciones llega a poder realizar de la educación del niño un culto, en el que amamos al ser que nos ha sido enviado desde el mundo espiritual….


La lateralidad de los hemisferios cerebrales

El desarrollo del hemisferio derecho (intuitivo) por sobre el izquierdo (raciocinio) parece ser una de las causales de tal comportamiento. Estos niños operan primariamente desde el lóbulo derecho del cerebro. Esto quiere decir que son muy creativos, intuitivos, imaginativos y emocionalmente inteligentes.
Una persona orientada por el lóbulo derecho aprende mucho más rápidamente y con frecuencia hace saltos intuitivos que demuestran asombrante inteligencia. Pero el sistema escolar está ajustado para el funcionamiento del lóbulo izquierdo, racional, lógico, repetitivo, acumulativo, organizado y rutinario.

Los niños de la nueva generación tienen la facultad de manejar igualmente ambos lados de su cerebro, de manera equilibrada, naturalmente y sin conflictos (sobre todo si su educación está bien encaminada).

Nuevos niños, nuevos modos de aprender.

La inteligencia visual-espacial- patrimonio de muchos niños- es considerada como la habilidad de pensar y percibir el mundo en imágenes, se piensa en imágenes tridimensionales y se transforma la experiencia visual a través de la imaginación. Es la inteligencia que manifiestan los marineros, los pilotos, los ingenieros, los cirujanos, los escultores, los arquitectos o los decoradores y diseñadores, entre otros profesionales. Este tipo de inteligencia se encuentra en aquellas personas que poseen una gran capacidad para pensar en tres dimensiones. Además, permite percibir imágenes externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, decodificar información gráfica. También se encuentra relacionada con la sensibilidad que tiene el individuo frente a aspectos como: color, líneas, forma, figura, espacio y la relación que existe entre ellos. (Marieli Maury)
Vázquez Escalona, comenta que las personas con una predominancia del pensamiento visual-espacial, (mediante imágenes multidimencionales) sobre el pensamiento verbal-lineal, (a través de las sonidos del lenguaje y la interpretación del símbolo), son muy creativas, sensibles, presentan un fuerte sentido de justicia y se encuentran en una constante lucha por adaptar su estilo de aprender y pensar a los métodos convencionales que, generalmente no conocen ni reconocen esta diferencia. Los errores y síntomas negativos se pueden detonar dramáticamente cuando la persona se encuentra confundido y estresado, también el exceso de presión que el medio ambiente ejerce y el miedo al fracaso tan común para ellos determinan el éxito o el fracaso de una persona que piensa de esta forma.
Es interesante como esta especialista nos describe al pensamiento visual-espacial:

Características generales:

- Puede parecer brillante y articulado pero no comprende plenamente lo que lee.
- Al escribir no tiene buena ortografía, esta es fonética e inconsistente.
- Alto IQ, pero sus calificaciones no lo demuestran. Le va mejor en exámenes orales que en escritos.
- Se siente menos capaz de lo que en realidad es, se frustra fácilmente, esconde sus debilidades con estrategias compensatorias ingeniosas; no le gustan los exámenes.
- Usa soluciones compulsivas (esfuerzo excesivo) para obtener resultados.
- Talentoso en mecánica, diseño, artes, deportes, teatro, música, comercio. Sus habilidades están encaminadas hacia carreras en donde se desarrolle el talento creativo.
- Con frecuencia se le ve soñando despierto, pierde el sentido del tiempo y se le dificulta poner atención.
- Síntomas de hiperactividad y/o hipo actividad.
- Hay una inconsistencia en sus resultados; a veces le va muy bien y después fracasa.
- Sus estados emocionales pueden fluctuar mucho a causa de la constante confusión.
- Gran talento creativo, intuición muy desarrollada, tenacidad y perspicacia.

Visión y Lenguaje.

- Se queja de mareos, dolores de cabeza o de estómago cuando lee.
- Confunde letras, palabras, secuencias o explicaciones verbales.
- Al leer o escribir presenta repeticiones, adiciones, omisiones, sustituciones o invierte letras.
- Se angustia con la lectura cuando no comprende aunque lea y vuelva a leer (en especial cuando esta en muy técnica y no se la puede imaginar)
- En los exámenes se puede brincar preguntas e incluso no ver párrafos completos y no comprender las instrucciones escritas.
- No les gusta leer en público y cuando están nerviosos cometen muchos errores y estas ocasiones su lectura es muy deficiente (aunque sí sepan leer).
Oído y Lenguaje.

- Tienen un oído extendido, su percepción auditiva es muy aguda.
- Se distraen con los sonidos fuertes e incluso les llegan a molestar mucho.
- En ocasiones oyen cosas que no se dijeron o que no son aparentes para los demás.
- Se pueden desconectar del “Aquí y Ahora” viendo y escuchando sus propios pensamientos.
- Pueden hablar en frases entrecortadas, dejan oraciones incompletas; tartamudean cuando están estresados; no pronuncian bien las palabras largas o trasponen frases, palabras o sílabas cuando hablan.


Escritura y Habilidades Motoras.

- Tiene problemas copiando un texto, toma el lápiz de forma diferente.
- Su escritura es muy variable, puede escribir bien y bajo presión su escritura se vuelve ilegible.
- Manifiesta poca coordinación, es torpe en los deportes o puede presentar el rasgo opuesto, ser excelente deportista y deficiente en el área académica.
- Presenta mareos frecuentes.
- Puede ser ambidiestro, confundir derecha con izquierda y dificultad para orientarse.

Matemáticas y manejo del Tiempo.

- Se le dificulta decir la hora, manejar su sentido interno del tiempo.
- Hay dificultad para seguir secuencias.
- Dificultad para contar con la correspondencia objeto-número.
- Puede hacer operaciones matemáticas pero tener dificultad para los problemas escritos.
- Puede tener el resultado pero no el procedimiento.
- Si no comprende la lógica de lo que se le presenta no puede aprender.
- Se les puede dificultar el maneje de símbolos abstractos o sin respaldo de información. (química, física, matemáticas).

La educación del niño consistió y aún consiste las más de las veces en adaptarlo cuanto antes al mundo compuesto por signos y significados. En el pasado, esto podía dar más o menos resultado, porque en la educación todavía desempeñaban un papel los restos de sabiduría de tradiciones anteriores más basadas en lo espiritual. En este mundo de los adultos, desde hace más de veinte años nacen niños que son diferentes de aquellos a los que están acostumbrados y esperan padres y pedagogos. Estos niños fueron considerados y tratados durante mucho tiempo como extrañas aberraciones de “lo normal”. Por su gran número, que sigue creciendo, hoy está claro que no se trata de casos aislados, sino de que una nueva generación de almas, hasta ahora desconocida, entra en la tierra: niños que traen una gran madurez y que están descontentos con el mundo de los adultos tal como es hoy y que vienen a nuestra tierra con un poderoso impulso espiritual. Hoy ya no se puede cerrar los ojos a este acontecimiento. ( KÚHLEWIND, 2007,pág.. 77)
Quisiera rescatar una oportuna reflexión de Carl G. Jung en un antiguo texto, pero no por ello menos actual, donde dedica un capítulo al alma del niño dotado y a la educación de los mismos en particular:

“El niño dotado plantéale a la escuela un importantísimo problema, que , no obstante el optimo principio de auxiliar a los pobremente dotados, no nos es dable de de pasar por alto….El problema del dotado no es en modo alguno sencillo, pero no cabe designar como tal a un niño por el mero hecho de ser un buen alumno. Más aún en muchos casos ocurre precisamente lo contrario. El dotado puede inclusive caracterizarse por rasgos desfavorables: particular distracción, cabeza llena de tonterías, haraganería, negligencia, desatención, mala educación, testarudez e inclusive puede dar la impresión de de ser un niño poco despierto….. Los niños dotados no solo presentan complicaciones en el campo intelectual, sino también en el moral, en los sentimientos.
En el niño moralmente dotado las mentiras y otras deficiencias morales, tan frecuentes en los adultos, son susceptibles de provocar problemas perturbadores. Así como se subvalora la sensibilidad y la precocidad intelectuales, tampoco se advierte y se subvalora la crítica moral y sentimental del niño dotado. ”

Robert P. Ocke, dice que estos niños aculturados tienen a sus padres, maestros y figuras de autoridad como sus guías, su dirección para comprender la realidad. Frecuentemente estos niños se quedan encasillados en esta errónea orientación por el resto de sus vidas, dándole poca importancia a su voz interior espiritual y pronto dejan de obedecer a sus instintos. Como la mayoría en nuestra adormilada sociedad, ellos comienzan a calcular los valores en su vida, usando los inmanejables procesos de la razón. Este es el único parámetro para medir el éxito que se les enseña a los niños a valorar.
Los nuevos niños ofrecen una nueva consciencia acerca de la "auto imagen". Ellos brindan al planeta un nuevo entendimiento acerca de la humanidad y una visión de cómo vivir instintivamente. Ellos quieren vivir espontáneamente, instintivamente, ¡quieren simplemente Ser! Quieren decir las palabras correctas sin tener que pensar en ellas primero, quieren experimentar la pureza de una mente libre de problemas y responsabilidades fuera de lugar. Ellos quieren saber el gesto correcto, el comportamiento correcto y la respuesta creativa para cada situación. Esta es la visión de la humanidad que ellos nos enseñan. Ellos claman por que nosotros confiemos en nosotros mismos, en nuestros instintos en nuestros sentidos intuitivos. Cualidades estas que son el derecho de nacimiento de cada ser humano.

Afirma Benjamín Solari Parravichini, en sus psicografías, “una nueva educación llegará para el nuevo niño. Ella será superior porque el niño nuevo sabrá desde el nacer…” Pero, mientras nuevas escuelas se multiplican lentamente pensemos en términos florales para acompañar la llegada de estos niños a nuestros perimidos sistemas educativos.

La adolescencia.

En esta etapa los niños están reclamando que tienen un camino para andar, diferentes del de los padres y de los docentes. Nuestros hijos y nuestros adolescentes nos recuerdan que tienen que encontrar su propia felicidad. Que beneficioso sería colocarnos en pie de “respetarlos” .No luchar con nuestros “propios Egos” (padres y docentes) para doblegar los suyos y mostrarles quien tiene el poder y la sabiduría y demostrarles “quien manda”. Tan solo debemos mantenernos receptivos, disponibles y abiertos con humildad para guiarlos como padres o para darles información necesaria (solo la necesaria para la vida).
En el interior de cada docente, en el interior de cada padre de un adolescente mora la respuesta adecuada a cada momento. Hemos desprestigiado el valor de la entrega, de la escucha, del compromiso, de la devoción por nuestros hijos y alumnos. Un docente respetado desde su modo de “ser íntegro” causa más silencio y compromiso por parte de sus alumnos que una clase de gritos desaforados e injustas exigencias “académicas”. Si queremos ejercer un liderazgo natural en estos niños creciendo protejamos sus emociones, seamos guardianes de su crecimiento. Nuestros alumnos e hijos vienen a este mundo a “ser felices”, encaminemos sus potencialidades en lugar de frustrarlos transmitiéndoles nuestras propias frustraciones. ¿Qué sabemos nosotros sobre lo que ese adolescente guarda en su potencialidad sino no nos permitimos conocerlo? Cuando aprendemos a valorar a cada “ser como único e irrepetible” nace y crece con su propio potencial listo para salir a la luz.
Si el resultado de un grupo de exámenes es significativamente bajo en todos los alumnos de un Curso, ¿no necesita el docente repensar porque sus alumnos no entienden, no aprenden o no estudian? ¿No es esto un síntoma de que algo esta funcionando mal en el docente y lo que explica?
Soy docente universitaria desde hace más de veinte años, y cuando mis alumnos fracasan en sus exámenes de manera masiva, soy responsable por ese fracaso. ¿Estamos preparados desde la humildad para reconocer que hemos fracasado en cómo hemos explicado un tema escolar? ¿Somos capaces de conversar con ese otro ser de igual a igual para entender donde esta la falla?... creo que no. El docente se ha colocado desde un lugar de privilegio frente al alumno sin reconocer que éste ( el docente) también aprende de su alumno día a día.

La creatividad de los adolescentes y jóvenes es poderosímisima pero la escuela espera que hagan las cosas de una sola forma – normalmente como la pensó el maestro- , “podemos acompañar a nuestros adolescentes en el camino sin decirles cual es el camino”: la vida es la gran escuela a la que venimos a aprender aprendizajes vitales a nuestro ser.
Deseo rescatar en el cierre de este artículo con los comentarios del notable escritor brasilero Rubem Alves sobre la educación:

Educar es mostrar la vida a quien aún no la ha vivido.
El educador dice: “¡Atento, apunta!”
El alumno lee la dirección apuntada y ve lo que nunca vio
Su mundo se expande se ve más rico interiormente
Y, sintiéndose más rico interiormente, puede sentir mayor alegría y
compartir más alegría que esa es la razón por la que vivimos
La primera tarea de la educación es enseñar a ver.
Los niños a través
de los ojos tienen el primer contacto con la belleza y fascinación del mundo...”
Los ojos tienen que ser educados para que la alegría aumente
La educación consta de dos partes: educación de las habilidades y
educación de las sensibilidades”
Sin la educación de las sensibilidades todas las habilidades se tornan sin
sentido.” Los conocimentos nos dan medios para vivir la sabiduría nos
da razones para vivir.”
Quiero enseñar a los niños. Aún tienen los ojos encantados
Sus ojos están dotados de aquella cualidad que, para los griegos, era el
principio del pensamiento:...”
“...la capacidad de asombrarse al contemplar lo más simple.”
Para los niños, todo es maravilloso: un huevo, una lombriz, un caracol, o
el vuelo de las mariposas, o los movimientos de las langostas, un
cometa en el cielo, una peonza en la tierra.
Cosas que los eruditos no ven,
En la escuela aprendí complicadas clasificaciones botánicas,
taxonómicas, nombres latinos, ya olvidados pero ningún profesor jamás
llamó mi atención sobre la belleza de una manzana o lo curioso de las
simetrías que muestran sus hojas.
Parece que en aquel tiempo, las escuelas estaban más preocupadas por
hacer que los alumnos memorizaran palabras que en comprender las
realidades que ellas representan.
Las palabras sólo tienen sentido si nos ayudan a ver mejor el mundo
Aprendemos palabras para mejorar los ojos
Hay muchas personas con visión perfecta que nada ven...
El acto de ver no es algo natural. Precisa ser aprendido.”
Cuando la gente abre los ojos, se abren las ventanas de su cuerpo y el
mundo aparece reflejado dentro de la gente
Los niños, sin hablar, nos enseñan las razones para vivir
Los niños no tienen saberes que transmitir
Su encanto es conocer lo esencial de la vida.”
Quien no cambia su manera adulta de ver y sentir
y no se hace niño,
jamás será sabio.

Graciela

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